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Sábado, 6 de marzo de 2021

Anoche cena clandestina las cenas clandestinas enmorcillan mucho. No quiero decir que se te ponga morcillona en plena cena clandestina sino que el ambiente de la cena clandestina ¡lo prohibido! es en sí mismo morcillón las cenas clandestinas tienen lugar en un state of mind morcillón. Tal vez todo sea cosa de mi manera genital de ver y vivir la vida. Pero. En los entrantes vino nuestra Diva a saludar desde una mesa en otro planeta y está más buena que nunca la Diva y metí mano un poco lo que enriqueció el ambiente morcillón naturalmente. Y bebí demasiado, culpa de los vinos buenos, y la conversación se ocupó mayormente de lo de la alumna que se lamentaba hace poco en la prensa de que ella se enamoraba de su profesor ay y el malvado profesor se enamoraba de su culo. Cuánta ignorancia argumentaba yo, como si los enamoramientos no incluyeran el culo en principalísimo lugar, qué manera de menospreciar el culo y la realidad que es mayormente culo en nombre del llamado espíritu es decir de la literatura y la ficción. Yo comí rabo de toro para reafirmar mi españolidad y por la palabra rabo que es muy de las morcillonas cenas clandestinas. Vivimos tiempos en los que urge cantar al rabo y honrar especialmente el rabo de hombre qué tiempos melifluos y culeros y chochomustios nos ha tocado vivir.

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© Juan Abreu, 2006-2019