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Sábado, 16 de enero de 2021

“Pero es que parecía imposible que hubiera españoles que odiaran la palabra misma de España. Pero así es, y bien puede ser que se trate de una consecuencia de la enseñanza llamada de calidad”.

“Escribo con mucha tristeza lo anterior, porque nuestras generaciones, tanto las que saltaban a la vida pública como las que ya se habían despedido, mostraron ser capaces de vivir normalmente y con alegría y esperanza de los llamados años setenta, aunque parece que nos equivocamos pensando que aquel momento histórico iba a tener prolongación ya imparable, quizás porque se nos había entregado gratis a nuestra generación y no contamos con que los hombres oscuros de los que hablaba Erasmo, de mentes muy confusas, desprecio a la cultura y esclavos de ideologías, podrían patearnos de nuevo. En nombre del pueblo, claro está”.

“Pero las siguientes generaciones de este afortunado pueblo que fuimos nosotros, con un bastante bien logrado nivel económico, una convivencia inédita en nuestra historia moderna y una admiración internacional hacia nuestro país, fueron sometidas a la máquina de las conciencias unificadas en el desprecio a nuestra gran tradición cultural, el odio al padre y a la historia, y desde luego al saber, y la guerra de todos contra todos, una inmensa ruina y un inmenso basurero”.

No todo estará perdido en España mientras produzca escritores como Jiménez Lozano.

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