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Domingo, 10 de enero de 2021

El jardín se llena de pájaros es como si supieran que mi gato amarillo ya no está. Muestran una nueva confianza antes siempre estaban atentos y echaban a volar al menor roce de las hojas sabían que estaban en el reino de mi gato amarillo y mostraban el debido temor y respeto al gran cazador. Más de una vez le saqué de la boca un pájaro a mi gato amarillo y al menos en una ocasión echó a volar la presa y yo, es como si lo viera, me senté en la hierba a consolar a mi gato amarillo. Pobrecillo pájaro le dije, y él a pesar de no entender lo que había pasado, acataba dócil el orden superior, el mío, y se dejaba acariciar.

Ayer bajo la lluvia, no ha nevado, ay, hasta dos cotorras había entre los pájaros que devoraban las olivas negras. Me gustaba más el jardín cuando vivían los pájaros amenazados y en constante peligro de muerte será por lo del eterno ardor sin el eterno ardor la vida siempre tiene un átomo de vulgaridad.

Desde que murió mi gato amarillo todos los días lo recuerdo y lo echo de menos, me pregunto cuánto tardará en borrarlo el tiempo feroz o si tendrá que borrarme a mí también para conseguirlo.

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© Juan Abreu, 2006-2019