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Miércoles, 18 de novimbre de 2020

He extendido mi paseo de las tardes y ahora llego hasta un bosquecillo muy pequeño en medio de un barrio bien no sé si puede llamarse bosquecillo a eso es más bien un parque muy boscoso al que atraviesa una pasarela de madera como las que hay en zonas que se inundan o algo así muy agradable el lugar, umbrío y fresco y hasta romántico uno imagina parejas entrelazadas en los bancos que jalonan el lugar y se escucha el rumor de los pájaros, se me escapó el literato. Me gustaba terminar el paseo en el bosquecillo y a partir del bosquecillo regresar a casa siempre me acompañan mis perritos a ellos también les gusta el lugar. Pero. Ya no entro en el bosquecillo, ha sido colonizado por un grupo de porretas (todos adolescentes el futuro de España como dicen) y la peste a porro se siente a cien metros es algo verdaderamente asqueroso. Odio las drogas los que usan drogas los considero gente inferior y hasta subnormal mi cerebro es sagrado les digo cuando me invitan a consumir alguna de sus asquerosidades y qué decir de los que las venden y trafican habría que fusilarlos previo juicio ante una corte militar que uno no es un salvaje, cómo amanecí hoy.

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© Juan Abreu, 2006-2019