Juan Abreu
4473
Lunes, 9 de noviembre de 2020
Hay mucho revuelo con lo de la Ley Celaá. Pero. No veo porqué. La Ley Celaá no es más que un paso más en la desespañolización de España. La principal tarea del Gobierno del PSOE y sus aliados antiespañoles es continuar con la desespañolización de España. Diluir España en un magma de pequeñas tribus enfermas de tribalismo cada una con su dialecto insignificante, acabar de una vez por todas con los ciudadanos españoles libres e iguales.
El proceso de desespañolización, por cierto, comenzó hace cuarenta años. Se habla mucho de la Constitución Española, de la concordia que trajo, del empeño de vivir juntos los distintos que encarnaba y, se supone, aún encarna. Monsergas. Nunca hubo (entre los que importaba) tal deseo, nunca hubo tal concordia, nunca hubo tal empeño; desde el primer minuto los redactores de la Constitución Española aceptaron, por cobardía o pura traición, da igual, la desigualdad entre ciudadanos españoles y, a la vista de los resultados, sentaron las bases de una España de ciudadanos de primera y de segunda. Semejante despropósito está avalado por la Constitución a través de los privilegios vascos y navarros; si hay privilegios no hay igualdad, no hay ciudadanos libres e iguales. La aclamada Constitución Española permite la mentira de las nacionalidades culturales y de los privilegios históricos y forales y de las singularidades tribales, bombas de profundidad en el corazón de la Constitución Española. A la vista está, cuarenta años de Constitución Española de 1978 han hecho posible una España balcanizada que se permite prohibir el español como lengua de España.
España como poder cultural y ciudadano ya no existe en España. Semejante atrocidad ha sido posible no sólo por la traición de las tribus regionales catalana y vasca, también por la cobardía o el oportunismo o la irresponsabilidad de los redactores de la Constitución Española.
Tal vez sea hora de dejar de cantar las maravillas de la Constitución Española y empezar a verla como lo que es, el inicio del fin de la España de ciudadanos libres e iguales, la puerta abierta a la traición tribal y al fin de los ciudadanos españoles libres e iguales. Es decir, el documento que a lo largo de cuarenta años ha servido de cimiento a la destrucción y al desmembramiento de España.
