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Viernes, 23 de octubre de 2020

La España centrada, dice Casado: es un novelista. Ese es el problema de España, precisamente. El amor de sus políticos por la ficción. La España centrada (que sería por naturaleza, libre e igual) no existe, y me temo que nunca existió. Bueno, tal vez existió durante cinco minutos, mientras sus propios redactores cepillaban la Constitución del 78 con sus derechos históricos tribales y sus nacionalidades históricas tribales, y entre todos creaban, vendían y aplaudían la novela de la España de ciudadanos libres e iguales. Todo un bestseller.

Hay que reírse. ¿Qué es la España centrada? ¿La España en la que el PP y el PSOE vendían a las tribus catalana y vasca la soberanía la libertad y la igualdad de los españoles? Porque eso es lo que han hecho el PP y el PSOE durante cuarenta años. Vender a los ciudadanos españoles libres e iguales. La plurinacionalidad no existe, la igualdad idiomática no existe, existe el gran idioma español y dialectos periféricos prepotentes y agresivos (cada vez más agresivos gracias al PP y el PSOE). PP y PSOE han allanado el siniestro camino a la España tribal, lo han regado con montañas de dinero, sabiendo que eran el pago a los caciques tribales que robaban a mansalva y lo peor, usaban ese dinero para destruir la unidad de España y destruir a los españoles libres e iguales. ¿Por qué lo hacían? Por dinero y poder, claro, y para mantener viva la ficción de la España de ciudadanos libres e iguales. Que amansa mucho. La España centrada, dice Casado. Pero la España centrada no es más que el lupanar en el que PP y PSOE negociaron, negocian y negociarán la extinción del ciudadano español libre e igual. Como han hecho siempre.

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