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Jueves, 22 de octubre de 2020

Hoy amaneció el gallinero alborotado todos contra Abascal y VOX, era la consigna del pensamiento grupal periodístico español. Es una pena que Abascal no sea mejor orador. Tenía una gran oportunidad, pero creo que la desperdició. Faltó literatura. A fin de cuentas el mundo de los líderes ha de ser literario. Faltó pasión además, y hay que decirlo, faltó inteligencia y estrategia. Ahora bien. VOX estaba diciendo la verdad. El virus chino. Qué emoción sentí cuando un político español se atrevió a hablar del virus chino. Es chino. Y es de sentido común llamarlo virus chino. Con mucha más razón es virus chino que la gripe española, española. Sólo la cobardía y aún peor el pensamiento grupal, que siempre es pensamiento domesticado y sumiso, hace posible que al virus chino no se llame virus chino.

Abascal tenía razón. En la mayoría de las cosas tenía razón. En algunas yo no estaba de acuerdo. Pero. Y qué. Estoy menos de acuerdo con Casado, Sánchez o Arrimadas (de los renegados no vale la pena hablar). Abascal señaló a los españoles los males de Europa y los males de España. E hizo bien. Pudo hacerlo mejor, es cierto, pero es lo que hay, y es bastate. Porque del otro lado está la cofradía social-comunista castro-chavista y bilduetarra. Del otro lado está el desmembramiento de España, del otro lado están los enemigos de los españoles libres e iguales y los sostenedores, sangre mediante si fuese necesario otra vez, de las tribus reaccionarias, involucionistas y racistas antiespañolas. Del otro lado están, resumiendo, los enemigos de la libertad.

VOX hizo lo que había que hacer, ofrecer a los representantes de los españoles libres e iguales una posición y una salida moral. La respuesta fue el desprecio. Algo siniestro. Porque significa que hasta partidos como el PP o Ciudadanos ya han asumido y aceptado que el ciudadano español libre e igual no existe.

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