Juan Abreu
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Miércoles, 21 de octubre de 2020
Mi amigo Ramón Soler me guía para que los frutos del olivo se conviertan en deliciosas aceitunas. Tiene un método práctico, gustoso, infalible y naturalmente andaluz. Vamos paso a paso. Primero salgo al jardín y recojo las olivas hay miles diría yo la mayoría en el suelo donde vienen a comerlas los pájaros. Usaré una porción mínima de las que ha producido el árbol así que los pájaros tienen su banquete asegurado. Me instalo ante la mesa de piedra. Ahí estoy un rato. Después que dejo las olivas rajadas y en agua dentro de un recipiente bien cerrado, salgo al pueblo tengo que comprar un código para la computadora (140 euros) y voy todo el tiempo renegando por la calle demasiada gente cada día que pasa me repele más la gente y voy naturalmente soñando con mis añoradas minibombas de neutrones.
Pero. Eso fue ayer. Hoy me pongo a ver lo de la moción de censura y me sorprende que Garriga lo hace mejor que Abascal. Garriga está formidable. Es el primer político español que se atreve a decirle al virus chino virus chino. Yo sólo por eso ya votaría por Garriga. Lenguaje recto, lo de llamar al virus chino virus chino y el resto de su estupendo discurso, lenguaje recto. Nada hace más falta hoy en España.
