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Miércoles, 14 de octubre de 2020

El gobierno Sánchez-Iglesias sigue paso a paso el manual castrista aplicado en toda Hispanoamérica para derrocar gobiernos democráticos. Desarbolar y colonizar las instituciones usando las debilidades de las propias instituciones y usando la suicida incapacidad de las democracias para defenderse de sus enemigos cuando estos usan la democracia para destruir la democracia. En España, caso especial, usan además el antiespañolismo racista catalán y vasco y el culogordismo y la infantilización del español promedio gracias a la educación socialdemócrata y a la prensa izquierdista a sueldo.

El castrismo es una de las fuerzas enemigas de la libertad más potentes del mundo, gracias al apoyo de Rusia y China es verdad, pero sobre todo por vocación. Antes, se limitaban a países tercermundistas y usaban el terrorismo el asesinato político y la violencia armada. Ahora, asistimos al derrocamiento de una democracia europea. Olviden a Maduro, Maduro no es más que un agente cubano formado y adiestrado en Cuba para suceder a Chávez (al que es muy probable que mataran los Castro para nombrar a alguien más manejable). El plan castrista contra España viene de lejos. A los etarras los entrenaban y armaban para matar españoles y emponzoñar la democracia española hace ya cuarenta años.

Ahora ya no necesitan matar, los etarras están en el poder en España y además cuentan con el Psoe los antiespañoles vascos y catalanes y los podemitas para alcanzar su siniestro fin. Siempre ha sido un plan castrista. Y lo más bonito, financiado con dinero español, véase los cientos de millones que ha regalado España a la dictadura de los Castro.

Después no digan que no lo sabían.

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