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Sábado, 3 de octubre de 2020

Acabo el libro de Murray. Como colofón, y como ejemplo del nivel de envilecimiento a que ha llevado a los europeos especialmente a la juventud europea la cobardía y la traición de sus políticos en lo concerniente a la inmigración masiva africana-musulmana, esta carta que dirige una joven alemana a tres inmigrantes que la violaron.

“Quiero una Europa abierta, una Europa amistosa. Una Europa en la que pueda vivir alegremente y en la cual todos nos sintamos seguros. Lo siento. Por todos nosotros lo siento profundamente. Vosotros no estáis seguros porque vivimos en una sociedad racista. Y yo tampoco me siento segura porque vivo en una sociedad sexista. Pero lo que realmente hace que me sienta dolida son las circunstancias, por culpa de las cuales los actos sexistas y transgresores que me han infligido obliguen a que se os acose con un racismo cada vez más agresivo. Os lo prometo, os lo digo a gritos. No permitiré que esto siga sucediendo. No quiero seguir sin hacer nada y ver como ciudadanos racistas os consideran un problema. Vosotros no sois el problema. No lo sois en lo absoluto. Por lo general, sois seres humanos maravillosos que merecéis sentiros libres y seguro como todo el mundo”.

Queridos violadores. Sería el encabezamiento de la carta, supongo.

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© Juan Abreu, 2006-2019