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Martes, 29 de septiembre de 2020

Y como soy un lector obsesivo paso de un libro de Murray a otro: La extraña muerte de Europa. Un libro que se ocupa de un tema que me interesa mucho. Y no más comenzar encuentro esto, tan irrefutable.

“Cuando afirmo que Europa se halla a punto de suicidarse no quiero decir que la carga de las regulaciones de la Unión Europea se haya convertido en algo imperioso, o que la Convención Europea de derechos Humanos no haya hecho lo suficiente para satisfacer las demandas de una comunidad en particular. Lo que quiero decir es que la civilización que conocemos como Europa se encuentra camino del suicidio, y que ni Inglaterra ni ningún otro país de la Europa occidental puede evitar ese destino; porque se diría que todos estamos sufriendo los mismos síntomas y las mismas enfermedades. Como resultado de todo ello, al final de la vida de la mayor parte de la gente que vive actualmente en Europa, esta ya no será Europa; y los pueblos europeos habrán perdido el único lugar del mundo al que pudiéramos llamar hogar”.

“Así pues, mientras que la identidad europea del pasado pudo considerarse altamente específica, por no mencionar sus profundas bases filosóficas e históricas (los derechos legales, los principios éticos derivados de la historia y de la filosofía continental), hoy día tanto la ética como las creencias de Europa– incluso su identidad y su ideología– parecen haberse entregado a los conceptos de respeto, tolerancia y (el más abnegado de todos) la diversidad. Tales mediocres autodefiniciones podrán subsistir durante unos años más, pero no tienen la menor posibilidad de apelar a aquellas lealtades más profundas que las sociedades deben poseer si pretenden sobrevivir mucho tiempo”.


Después no digan que no sabían.

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