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Martes, 1 de septiembre de 2020

Lamento decir que las manifestaciones y protestas pacíficas sólo sirven en las democracias o en dictaduras de derecha. A veces hasta se consigue derrocar a un gobierno. Pero. En las dictaduras de izquierda no sirven de nada. Véase Venezuela, véase Hong Kong (la próxima merienda china), véase ahora Bielorrusia. Es inútil, sería mejor armarse. Ya oigo los chilliditos de los culones socialdemócratas espantados, pero la verdad es la verdad y es una. Y otro ejemplo de la indefensión de los libres. Sólo es cuestión de tiempo que los musulmanes extremistas (y no) tomen el poder en países europeos en nombre del Islam y del supremacismo religioso. Los países libres no saben defenderse de estas invasiones de culturas inferiores y de las (cíclicas) pulsiones totalitarias de la derecha o la izquierda extrema.

Como si fuese poco, los enemigos de la libertad cuentan con el apoyo de la prensa de esos países libres (aún), que prefieren engañar y mentir a su público (véase el hombre blanco asesinado en Portland) que renunciar a sus onanistas fantasías we are the world we are the children de multiculturalismo buenista (es mejor que nos maten a matar, me han llegado a decir), que siempre termina convirtiéndolos en cómplices de los enemigos de la libertad (véase la dictadura de los hermanos Castro, véase ETA triunfante).

Hay que armarse.

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© Juan Abreu, 2006-2019