Juan Abreu
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Martes, 11 de agosto de 2020
En el viaje a Málaga (y Córdoba) iba leyendo al gran Paul Johnson, su Darwin. Cuánto echo de menos escritores así. Qué lenguaje recto, qué sabiduría qué ausencia de pensamiento grupal. Leí a Darwin en mi primera juventud y lo tenía muy olvidado. Johnson ha venido a iluminarlo. Darwin es uno de los genios que cambian el mundo con un libro, algo al alcance de muy pocos, algo prácticamente imposible. Para mí lo más interesante de esta lectura ha sido aprender sobre la influencia, enorme, que tuvo el darwinismo en las ideologías más asesinas el comunismo el nazismo el maoísmo. Sin olvidar a Pol Pot, a quien su profesor, Jean Paul Sartre, inició en la idea darwinista de la evolución hacia formas superiores, idea que Pol Pot convirtió en una teoría de lucha urbano-rural en Camboya durante la cual murió una cuarta parte de la población del país.
“En el siglo XX, es probable que más de cien millones de personas fueran asesinadas o murieran de hambre a consecuencia de regímenes totalitarios infectados con darwinismo social”.
Incluso las más grandes ideas las más sabias las ideas fundamentales para el progreso de la Humanidad acarrean matanzas incalificables. Lo que es lo humano.
