4379

Jueves, 30 de julio de 2020

Leyendo esta entrevista pensé en la segunda etapa de la revista Mariel y en el curioso silencio que la rodea y acompaña. Un silencio tan espeso que a veces pregunto a intelectuales amigos y a escritores cubanos más jóvenes y ni siquiera saben que existió. Una revista excelente a mi juicio y que superaba al menos en cuanto a su diseño a la primera. El contenido era más literario y menos político. Marcia Morgado era la editora y Reinaldo, Lydia y yo hacíamos de asesores. Publicamos a Sade, a Borges, a Gombrowicz traducido por Virgilio Piñera, a Arrabal a Labrador Ruiz a Eugenio Florit a Lydia Cabrera y a Djilas, entre otros. También tenía la revista una sección en inglés porque nos parecía importante llegar a los lectores anglosajones. No es poca cosa. Lo que hace ese silencio que mencionaba injusto y sus causas dignas de atención y hasta de estudio.

Comentarios

© Juan Abreu, 2006-2019