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Martes, 28 de julio de 2020

Será por el calor, recordé aquella caminata cuando estaba en el Servicio Militar Obligatorio fue durante el primer año de los casi cuatro años que pasé en el Servicio Militar Obligatorio en la finca de los Castro. Preparación combativa llamaban a aquellas caminatas. Salimos de madrugada cargados con mil andariveles rusos hasta una pala para cavar trincheras llevábamos y aquellos fusiles rusos de ahí mi odio a los rusos. Pasamos todo el día caminando y a cada rato anunciaban un ataque yanqui desgraciadamente falso y nos tirábamos al suelo y a veces lanzaban bombas de humo y había que ponerse una de aquellas máscaras rusas contra los ataques químicos y disparar a unos blancos que habían puesto en el camino es una pena que no matáramos aunque fuera accidentalmente a algún oficial, pero lo que más recuerdo de aquella caminata fue los kilómetros que hicimos a través de una ciénaga inmensa y apestosa cubierta por un hierbazal y nos hundíamos en el fango del fondo y teníamos que llevar los brazos en alto para que el fusil no se mojara y el agua a veces nos tapaba y teníamos que nadar y los oficiales gritaban y las furias del sol y millones de mosquitos y alimañas varias y aquella hierba asquerosa nos rodeaba y muchos nos perdimos y había que orientarse con una brújula para reunirse con el resto de la tropa más allá del manglar en un punto previamente acordado no sé cómo conseguí salir vivo de allí.

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© Juan Abreu, 2006-2019