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Miércoles, 1 de julio de 2020

Ayer en el ocaso lila cenábamos en la terraza ensalada y trozos de fruta y corría una brisita después de un día caluroso y conversábamos de cosas menudas y al fondo los pájaros y un zumbido tenue de insectos y el perrito negro tumbado a mis pies y la perrita canela o café con leche con mucha leche tal vez sea más exacto en los escalones de entrada a la cocina y el gato negro dentro en el salón en su butaca preferida y el gato amarillo no sé donde lo busco con la mirada me preocupa porque algunos estorninos han aterrizado y buscan lombrices y los veo algo descuidados y mi gato amarillo es un gran cazador y quién sabe puede estar acechando entre las flores, y tú más bella de lo habitual en el momento más lento del ocaso lila dices esto es la felicidad, y yo que he venido de tan lejos y he pagado un precio muy alto y sé lo difícil que es la felicidad asiento y no digo nada en presencia de la felicidad lo mejor es inclinar la cabeza y guardar silencio.

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© Juan Abreu, 2006-2019