4336

Martes, 16 de junio de 2020

Salgo al jardín a que me dé el sol. El gato amarillo acecha junto a la cerca mueve las orejas como radares últimamente mata ratones, al menos no mata pájaros. Los ratones me alegro que los mate. Los pájaros son otra cosa. No se si he puesto aquí que hace poco le saqué al gato amarillo un pájaro de la boca, estaba aturdido pero enseguida se repuso y echó a volar. Qué bien me sentí. El gato amarillo caza se pasa el día acechando el negro haraganea nunca ha cazado nada, que yo sepa. Alguna pobre lagartija a veces, es un inútil. Es un gato bipolar creo, el negro, durante el día es bastante arisco no deja que lo toquen. Pero. Cuando cae la noche, viene al sofá donde estoy viendo la tele y se instala en mi regazo y se hace acariciar. Digo se hace porque no deja de restregar la cabeza en mi mano y no para hasta que me pongo a acariciarlo. Mis dos gatos son gatos que rescaté de jaulas en un centro de acogida para animales abandonados. No son gatos de los bonitos, son más bien feos, no son gatos de los que gustan a la gente. Son animales desgastados, callejeros como yo.

Comentarios

© Juan Abreu, 2006-2019