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Domingo, 14 de junio de 2020

Comienzo a leer El cuaderno gris. Es un libro que debía haber leído hace años. No sé por qué, lo he ido dejando. Ahora lo encuentro desbordado de adjetivos, un tanto comarcal y sorollesco. Tenía que haber leído este libro hace años, cuando aún no creía que la naturaleza es un horror, cuando estos brillos los encontraba admirables y el abundante uso de los adjetivos de Pla me hubiera deslumbrado. Leerlo ahora ya no es lo mismo. Pero a pesar de esto, lo estoy disfrutando mucho. Su lado cervantino cómo interrumpe el dietario para intercalar historias ejemplares. Sus colosales retratos de pequeños personajes. Su escribir a ras de estómago. Es un libro importante. Pla es eso tan raro y difícil entre escritores, es una identidad que se escribe a sí misma. Y hay un detalle por el que disfruto especialmente a Pla, su mala leche y el humor gris a la cazuela de Pla un humor como de fruta que esconde hojas de afeitar que me recuerda tanto el humor de mi padre.

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© Juan Abreu, 2006-2019