4333

Sábado, 13 de junio de 2020

He rechazado algunas entrevistas recientemente, sabía que tendría que hablar de Mariel (revista, generación, etcétera) y el tema me aburre, me tiene harto. No pensaba volver a tratar el asunto. Pero. Leo una entrevista con García Ramos. Y hay que puntualizar algunas cosas. Marcia Morgado fue fundamental para la revista Mariel, por su experiencia como editora y por su capacidad de trabajo. La revista se hacía en la sala de su casa. Ayudó en la distribución, dice García Ramos, sí, en eso también. Ana María Simó, santocielo. Por lo que recuerdo la señora o señorita Simó era una lesbiana grave, engolada, a la que apenas se le entendía nada de lo que hablaba. No digamos ya de lo que escribía. Era compinche (o algo por el estilo) de García Ramos, y ese fue el único motivo por el que tuvo algo que ver, muy poco, con la revista. ¿René Cifuentes? Cifuentes era la loquita bonita del momento, nada más. García Ramos quería llevarse la revista a NY para hacer galones de intelectual, ya que hasta su salida de Cuba lo único que había sido era un burócrata de la dictadura. García Ramos despreciaba Miami e iba de marquesa intelectual newyorkina en esa época. Esa fue más o menos la cuestión. Marcia se enfadó, como era lógico, yo más bien me sentí aliviado. A fin de cuentas, el trabajo lo hacíamos nosotros, en Miami, Luis de la Paz ayudaba, Carlos Victoria a veces aparecía. Marcia no fue el detonante del fin de la revista, el detonante fue que en NY ya nadie quería trabajar en la revista. Se habían dado cuenta de que el juguetito daba mucho trabajo. Y en cuanto a Reinaldo, durante el proceso, hizo de veleta y de intrigante, cosa que disfrutaba, y al final se cansó de hacerlo todo él solo. Y, por último, no olvidemos que el “amparo” de Florencio García Cisneros, era pagado. Reinaldo le pagaba los números de su revistica cuando publicaba textos de marielitos. En fin, lo mejor es que García Ramos no revuelva más esa mierda. Dice García Ramos que su memoria funciona como un mecanismo de defensa. Será porque lo necesita.

Comentarios

© Juan Abreu, 2006-2019