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Viernes, 29 de mayo de 2020

Termino Churchill. Un libro que me ha dado grandes alegrías. Entre ellas, después de lo que dice Churchill de Gandhi, lo que dice de De Gaulle. Siempre me ha caído mal De Gaulle. De Gaulle vivió la guerra gorroneando en Londres a los ingleses y paseando por allí dándose aires de grandeza. Toda la guerra se la pasó incordiando a Churchill y quejándose de quienes le daban de comer y pavoneándose como lo que era, un chovinista engreído. Uno se pregunta porqué no se fue a pelear a Francia si la amaba tanto. Cuando los aliados desembarcaron, De Gaulle, sin disparar un tiro en toda la guerra, exigió entrar primero en París en plan libertador. Los aliados lo dejaron, supongo que anonadados por la cara dura de aquel francés.

Tanto Churchill como Roosevelt desconfiaban profundamente de De Gaulle, temían que “terminara convirtiendo a Francia en una dictadura gaullista antioccidental”.

“El doce de junio, Churchill se embarcaba en el destructor HMS Kelvin y partía rumbo a Normandía. Le acompañaban Brooke y Smuts, pero no De Gaulle, con quien había vuelto a tener una furibunda riña, provocada en este caso por la designación de los integrantes del nuevo Gobierno provisional de la República Francesa, y el enfado fue tan fuerte que Churchill llegó a decir que De Gaulle era otro Hitler”.

Hitler de bolsillo en cualquier caso y en versión atorrante engreído francés.

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