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Martes, 26 de mayo de 2020

Así como una mujer hermosa condiciona la conducta y la actitud de los hombres en su entorno y a sus órdenes, también un hombre apuesto condiciona la conducta y la actitud de los homosexuales en su entorno o a sus órdenes. Así Sánchez y Marlaska, lógicamente. La vida es sexual y con toda seguridad la conducta de Marlaska hubiera sido diferente con un presidente poco agraciado físicamente. La Historia demuestra que nuestras vidas y nuestras libertades muchas veces dependen de un culo, unas tetas una cautivadora sonrisa varonil o una polla vista o imaginada. Los grandes principios morales sí, no digo que no, pero en el panorama de la política española cada día que pasa más fanática, más indecente, más bruta y más inmoral, sospecho que esos pequeños (en apariencia) definidores sexuales del curso de la Historia son cada vez más relevantes.

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