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Lunes, 23 de marzo de 2020

En la foto estoy en la cumbre del mundo y contemplo mofletudo y displicente cómo a mis pies canta la vida. Mi padre hermoso, varonil y protector tiene una expresión acompasada y mi hermano de pie bajo su mano refulge. La fotografía habla de nuestro esplendor, pero sobre todo habla de la grandeza de la Cuba que fue, una Cuba donde una familia muy pobre una familia plebeya podía tener ese aspecto moralmente aseado y orgulloso y correctamente vestido y dulcemente peinado y satisfecho quiero decir que en esa Cuba perdida una familia como la mía podía ser, gracias al trabajo de un hombre, una familia de patricios.

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© Juan Abreu, 2006-2019