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Jueves, 19 de marzo de 2020

Lo mejor es pensar que la plaga me matará. Así ganaré en concentración y podre terminar, tal vez, algunos de los libros que tengo pendientes. Soy un escritor. Ya sé que sin la ilusión probablemente genética de que la muerte es un acontecimiento lejano, no podríamos vivir. Pero. Estos son tiempos excepcionales. La enfermedad y la muerte han ocupado el primer plano y hay que asumirlo. Veamos lo pendiente. Hace poco comencé a escribir un librito que se llamará Vida de perro que trata de la superioridad animal y que me gustaría terminar. Y tengo a medio escribir una novela corta para niños o eso me gustaría que narra la aventura de un niño que, secuestrada su madre por El Gigante de la Playa Final, decide ir a rescatarla con la ayuda de un Pendeskatuleron. Por otro lado, también a medio escribir, El Resucitador, una historia de ciencia ficción o futurista que transcurre en el universo de mi trilogía El gen de Dios en territorio garbageland. En la isla basurero, un nuevo dictador, no podía ser de otra manera, pone en marcha una máquina para resucitar a los líderes y diversos asesinos y cómplices de la antigua dictadura, muertos injustamente de muerte natural, con el objetivo de que sean debidamente ejecutados. Manos a la obra manos a la obra.

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© Juan Abreu, 2006-2019