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Sábado, 15 de febrero de 2020



Diosa y El reto son mis libros que más alegrías me han dado. El primero se publicó en 2006 y el segundo en 2013. Aún hoy, sigo recibiendo correspondencia de lectores satisfechos, y hasta agradecidos. Como muestra, esta generosa carta.

Estimado Juan:

La curiosidad por “Diosa” surgió después de leer la emanación en la que contaba cómo aquella mujer de la tienda le dijo que leerlo le había cambiado la vida, amén de las reflexiones sobre la fidelidad, la pertenencia y la libertad.
Días después de aquello, mientras caminaba por un centro comercial de Madrid acompañando a la persona más importante de mi vida, y charlábamos de libros y algunas otras cosas, de repente me vino aquella entrada a la cabeza. Le dije que iba a darle una sorpresa a modo de libro y entramos en la FNAC con triste resultado, y en otra librería grande con la misma suerte.
No sé por qué intuía que a ella le iba a encantar, así que cuando nos despedimos le prometí que en el próximo viaje que hiciera para verla le llevaría el libro. Así que, dicho y hecho, cuando volví a la ciudad en la que resido por motivos laborales lo encargué dándole gracias infinitas a Amazon y en el siguiente viaje se lo entregué según la vi.
A los pocos días de aquello, un mensaje: “Me está encantando. Para la próxima vez que nos veamos debes haberlo leído tú también”. Ante una petición así no pude por menos que ponerme manos a la obra y empezar a leerlo cuanto antes.
Sucede que, cuando alguna lectura me engancha, no soy capaz de dejarla hasta que la termino, y así me sucedió con “Diosa”. Cuando terminé estaba como en otro mundo, no daba crédito a lo que acababa de leer. Me pareció de una belleza arrebatadora, salvaje, que te zarandea, te sacude, para al final liberarte después de haberte dejado en shock.
Terminamos de leerlo casi a la par y lo comentamos la siguiente ocasión que nos vimos. Ella, mucho más lectora que yo, me dio las gracias por haberle descubierto semejante maravilla y no se puede imaginar la satisfacción de comprobar que la intuición inicial de que le iba a gustar se había cumplido con creces.
Fue por entonces cuando pensé en escribirle unas líneas aprovechando que le conocía de twitter, pero no sé por qué al final aquel impulso inicial se desvaneció y no me puse en contacto con usted. Casi mejor así.
Cuando hace unas semanas surgió aquella conversación en twitter y me recomendó leer “El reto” directamente encargué dos ejemplares del libro. Llegaron a tiempo, justo antes de que yo hiciera el viaje de vuelta a mi ciudad, así que poco antes de marchar le pude entregar el libro a modo de regalo de Reyes.
Esa misma tarde, en mi primer vuelo, empecé a leerlo y volví a experimentar exactamente lo mismo que pasó cuando leí “Diosa”. De nuevo las mismas sacudidas, las mismas emociones y la sensación de haber leído un libro de una belleza casi hiriente.
Y es que al final ambos libros son un canto a la libertad, hasta dónde seríamos capaces de ser libres y de qué manera puede uno aprender a ser aún más libre, sin que por ello en todo momento deje de paladearse esa pureza que menciona en varias ocasiones.

Ni que decir tiene que “El reto” a ella también le pareció fascinante.

El caso es que después de haber leído los dos libros no quería que esta vez se escapara la ocasión de darle las gracias por haber escrito estas dos maravillas y decirle lo mucho que hemos disfrutado leyéndolos y, por qué no, también aprendiendo de ellos.
No quisiéramos despedirnos sin agradecerle los esfuerzos volcados en estos dos libros y decirle que seguiremos con mucha atención cualquier novedad que venga de usted.

Reciba un fuerte abrazo.

L. y J.

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