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Viernes, 24 de enero de 2020

El gran viento, en el bosquecillo de la entrada de la casa, partió el árbol que ocultaba el horizonte. Desde la ventana del baño de mi estudio veía siempre ese árbol mientras orinaba recuerdo que iban y venían mis ojitos verdes de mi fastuoso pito mientras orinaba a ese árbol que me aislaba del horizonte; uno de los mayores logros de mi vida es vivir sin horizonte lo consigo a veces, entiéndase la gravedad de la situación. El árbol tenía las hojas como lágrimas siempre pensé que era un sauce llorón pero le pregunté al jardinero y me dijo que es un falso pimentero, se parecen pero el sauce llorón es más bonito llega en su adultez a convertirse en un arco de lluvia y el árbol de mi bosquecillo de la entrada de la casa (recuerdo a Lau allí atada y desnuda yo la até) es más tosco no es que sea feo pero más tosco sí. El gran viento arrancó también la mimosa del fondo del jardín y habrá menos amarillo este año en nuestras vidas es lo que quería decir.


Diosa(serie inspirada en mi novela del mismo título). Fotografía de Pedro Portal.

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