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Jueves, 23 de enero de 2020

Amanecí tristón así decía mi madre tristón desde que murió mi madre no he vuelto a oír esa palabra creo que aquí no se usa mucho. Debe ser por la lluvia y los grandes vientos de estos días la lluvia siempre me pone tristón pero si es lluvia y grandes vientos qué es un gran viento sino desconsuelo mucho más. Al escribir tristón puedo escuchar a mi madre diciendo tristón y hasta puedo ver su rostro al decirlo qué cosa prodigiosa el cerebro. Cuando amanezco así y me ocurre cada vez con mayor frecuencia por lo general mi enorme ego neutraliza la tristeza enseguida me recuerda lo grandioso que soy tanto que, me dice, el olvido no me borrará de la memoria de los hombres gracias a mi obra única y gracias a mi peculiar estilo lleno de furia infantil y de dulzor cortante, me dice estas cosas mi ego y yo me creo toda esa sarta de tonterías y se me pasa la tristeza enseguida y dejo de estar tristón, que decía mi madre. Pero. Cada vez resulta más difícil neutralizar la tristeza mis mañanas tristes con las alabanzas bien intencionadas lo sé de mi ego creo que la tristeza que siento últimamente sobre todo al amanecer es diferente, más que tristeza es una sensación de fracaso. No de fracaso personal entiéndase en ese caso lo de mi ego bastaría para derrotarla es un tipo de fracaso nuevo que nunca que yo recuerde había sentido es un fracaso creo relacionado con pertenecer a la especie, con ser humano.

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© Juan Abreu, 2006-2019