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Domingo, 19 de enero de 2020

Hubo un momento en mi casa en la pavorosa en que, cuando llegaban las hijas de mi primo, doce o trece años cuando aquello, había que tener cuidado con lo que se decía en la casa. Las niñas amenazaban con denunciarnos a la policía si hablábamos mal de la Revolución. Y hubiera sido imprudente, créanme, dudar de sus amenazas. Lo primero que hizo el comunismo fue apoderarse del sistema escolar y adoctrinar a los niños los niños son la esperanza del mundo decían citando a José Martí, que fue un gran escritor pero que, como patriota, habló una cantidad enorme de tonterías peligrosas, fue el inventor del cubano superior y de lo cubano como entidad óptima la maravilla de ser cubano y otras ideas supremacistas y a fin de cuentas tribales y estúpidas que sirvieron de tierra abonada a Fidel Castro y su dictadura.

En España ya se adoctrina desde hace décadas a los niños en las escuelas públicas se les enseña a ser de izquierdas y que ser de izquierdas es superior y hay superioridad moral en ello y en Cataluña y el País Vasco les enseñan a ser catalanes y vascos primero lo que es evidentemente una forma de reclutarlos desde niños para el proyecto racista antiespañol de los nacionalistas catalanes y vascos.

Pero lo que quería decir es que el llamado pin parental contra el que se ha movilizado la izquierda me parece algo excelente no sólo es una defensa de la libertad de los ciudadanos españoles que están obligados a mandar a sus hijos al izquierdistamente corrupto y adoctrinador sistema público de educación español, es una señal de que aún los españoles están dispuestos a defenderse del supremacismo izquierdista que les imponen en las escuelas públicas a sus hijos y en consecuencia, debe ser celebrado el pin parental.


Dibujo de Alen Lauzán

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