4172

Sábado, 4 de diciembre de 2019

Y a propósito del mocoso chillón y de la trampa en el follar, decir que está cambiando a la luz del nuevo feminismo, mi posición sobre el derecho de la mujer a abortar. Siempre he defendido ese derecho. Lo he defendido por amor a la libertad individual. La mujer debe ser quién decida si tiene la cría o no porque es su cuerpo quién sufre esa monstruosidad de los nueve meses y la aún mayor monstruosidad de parir. Bien. De acuerdo. Pero. A la luz del nuevo feminismo he comenzado a pensar que la mujer que vive en países ricos y civilizados como España un país de condones en máquinas expendedoras de educación sexual de píldoras anticonceptivas y de pastillas del día después gratuitas, a estas feministas debería exigírseles (y que ellas exijan públicamente a sus camaradas) que sean más responsables a la hora de follar. Quiero decir que veo las manifestaciones de adolescentes y jóvenes españolas feministas defendiendo el derecho al aborto en las calles y se me hace dolorosamente obvio que tienen todas las facilidades todo a su favor para no verse en el cruel dilema de abortar. Y me digo que estas feministas tan militantes educadas bien alimentadas exigentes y combativas deberían ser más cuidadosas con sus cuerpos deberían tener un poco más de cuidado al follar. Y si no quieren admitir una parte al menos de la responsabilidad en el enorme número de abortos entre las adolescentes y las jóvenes españolas, que follen exclusivamente entre ellas y asunto resuelto.

Comentarios

© Juan Abreu, 2006-2019