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Jueves, 2 de enero de 2020

Comienza el año y el castro-chavismo se apresta a acceder al verdadero poder en España. Sin el deterioro, corrupción mediante, de la separación de poderes propiciado durante décadas por gobiernos del PP y el PSOE, esto no hubiera sido posible. PP y PSOE se han encargado además de envilecer la educación pública, así que no se puede esperar mucho de generaciones de españoles a los que han lavado el cerebro hasta conseguir que se sientan avergonzados de ser españoles, o que ni siquiera se sientan españoles. Mucha oposición moral, intelectual o patriótica no encontrará el castro-chavismo. Los castro-chavistas cuando llegan al poder real como está demostrado se dedican a minar desde dentro las instituciones democráticas, controlar los medios de comunicación, apoderarse de las fuerzas del orden y ponerlas al servicio de su ideología y, finalmente, trampear el sistema electoral para perpetuarse “legalmente” en el poder.

En el caso español, el castro-chavismo tiene a los nacionalismos racistas antiespañoles catalán y vasco como aliados. Esto facilita el avance de los castro-chavistas, cuyo objetivo no es otro que el poder absoluto. Por otro lado, el PSOE ha dejado de ser un partido democrático, no puede serlo ya que sus alianzas con el castro-chavismo y los nacionalismos racistas catalán y vasco implican la destrucción de la democracia. El PSOE es hoy, el gran enemigo de la democracia española. Los que se obstinen en considerarlo aún como parte del juego democrático no sólo se equivocan, están cooperando con el enemigo.

Comienza el año y esperanzas, pocas.

Cuando los ciudadanos libres e iguales (no los pueblos, que no existen) se muestran reacios a defender sus libertades a cualquier precio, repito, a cualquier precio, están condenados a perder esas libertades y están condenados a vivir como esclavos.

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© Juan Abreu, 2006-2019