4159

Domingo, 22 de diciembre de 2019

Y como he hablado de lo cubano decir ahora que se acaba el año para que no se olvide: que todo lo cubano me produce un profundo asco. Salvo que se me demuestre que mi asco es injustificado. Cosa que nunca sucede. Por otro lado, respecto al asunto isleño dejar por escrito que me asombra mucho que se me acuse de enemigo del diálogo algunos ensayistas, críticos literarios, intelectuales y gente así lo proclaman ¡es un intolerante! dicen. Cuánta falsedad. Cuándo me he negado yo a dialogar con castristas nunca me he negado. Pero. Eso sí, tengo mis condiciones. Sólo dialogo con castristas o fidelistas o como prefieran llamarse si previamente han sido colgados por el cuello hasta la muerte en alguna farola habanera durante un tiempo prudencial (digamos hasta que apesten un poco), cumplido este requisito indispensable estoy dispuesto a dialogar con castristas o cómplices o emigrados o repatriados o alimañas semejantes sin ningún problema. Soy un hombre dialogante cualquiera que me conozca lo sabe. Estoy abierto al diálogo, como se dice.

Por favor difundan esto para que no se me siga acusando de intransigente intolerante y enemigo del diálogo como injustamente hacen isleños ensayistas, críticos literarios intelectuales y gente así es algo que me preocupa mucho apenas me deja conciliar el sueño, como resulta evidente, ¿no?

Comentarios

© Juan Abreu, 2006-2019