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Viernes, 20 de diciembre de 2019

A mi edad qué suerte descubro aún grandes escritores honestos como Márai y Kertész y acabo de terminar las Memorias de un historiador del Holocausto de Raul Hilberg, otro gran escritor honesto. Qué libro desprovisto de grasa literaria y de todo rastro de barba intelectual qué libro recto. Hilberg nunca perdonó a los alemanes siempre le produjeron un profundo asco como es natural y tampoco perdonó a los judíos que fueran al matadero sin ofrecer resistencia que “colaboraran con su propia destrucción”. Lo mismo que yo, pensé, que nunca he perdonado ni perdonaré a los cubanos su connivencia con el castrismo. Los cubanos no son víctimas, son a fin de cuentas la dictadura. Y está lo de Hannah Arendt que he disfrutado mucho, siempre ha sido un personaje ambiguo para mí sin saber muy bien porqué, pero ahora lo sé por su deshonestidad copió la obra de Hilberg mientras escribía una carta a Princeton University Press aconsejando que rechazaran la obra de Hilberg, la monumental Destrucción de los judíos europeos, (¡que necesita una reedición urgente!), que ella, Arendt, había canibalizado descaradamente. Qué personajillo. Y cómo desmantela Hilbergt toda esa chorrada de la “banalidad del mal”, con la que hizo carrera y fortuna Arendt.

Y estos momentos de esplendor moral: “En la primavera de 1951 me quedé sin ahorros. Neumann me ofreció un trabajo temporal escoltando una delegación de alemanes a Washington. Dije que no. Eran socialdemócratas, explicó. Me volví a negar”. En una entrevista, dice Hilberg: “Hubo un momento en que me dije a mí mismo que debía romper con lo anterior. No compro productos alemanes, nada en lo absoluto. No compro productos alemanes, no voy a Alemania, así, hasta 1985. Cuarenta años. Uno tiene que ponerse sus propias reglas, ¿no es verdad?”.

Uno tiene que ponerse sus reglas. Sin reglas morales que impidan confraternizar con el enemigo y sus cómplices la vida de un exiliado del castrismo como yo por poner un ejemplo no sería más que bajeza y abyección.

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© Juan Abreu, 2006-2019