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Miércoles, 18 de diciembre de 2019

Últimamente y desde hace algún tiempo ya no tomo en serio ni en consideración el regionalismo español. Su mundo de grotescas fantasías aldeanas. Sólo tomo en serio a los ciudadanos españoles libres e iguales (gente sin nota al pie o forúnculo regional adjunto). Cuando un ciudadano español nacido en Cataluña (los llamados catalanes) habla como si fueran algo aparte o ajeno a lo español dejo de respetar y de tener en consideración cualquier cosa que diga. Y si dice “nosotros los catalanes” automáticamente desconecto el cerebro. Cuando un español nacido en Cataluña (los llamados catalanes) habla refiriéndose a esa región o provincia como si fuese un país hay que dejar de tomarse en serio cualquier cosa que diga. No se puede tomar en serio a quien ponga al mismo nivel al gobernador (llamado presidente) de Cataluña y al presidente de España. Semejante aldeanismo no es sólo un aldeanismo es una fatal fantasía. Porque. Gracias a la existencia de una legión de traidores, ultraindígenas, parásitos y aldeanos racistas antiespañoles en España que aceptan promueven y parasitan dicha fantasía, esta ha mutado hasta convertirse en una lepra o peste bubónica muy peligrosa que amenaza la realidad española (lo que queda de ella) y reta ya la existencia misma de la España real.

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© Juan Abreu, 2006-2019