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Sábado, 2 de noviembre de 2019

Estos días previos a las elecciones me ocuparé de España lo que queda de ella. Sugeriré algunas medidas. Para empezar, no aceptemos que se llame castellano (una lengua muerta) al idioma español porque llamar castellano al idioma español es una de las miles de micro infecciones cultivadas por los enemigos de España y de los españoles libres e iguales con el propósito de enfermar aún más la tan menguada españolidad, y fortalecer el proceso de balcanización tribal. Tampoco deberíamos responder a quien nos hable (es un decir) encadenando lugares comunes y tópicos referidos a las porquerías políticamente correctas, anticapitalistas, feministas o medioambientales. Ya sé esa medida elimina como interlocutores a media España y a la mayoría de los políticos españoles. Pero. Es absolutamente necesario recuperar para la sociedad española el lenguaje recto. El lenguaje recto es el mayor bien que puede poseer un ciudadano español libre e igual sobre todo si se dedica a la política, busquen ese lenguaje recto en la política española como se busca luz en las horas más negras y a quien lo despliegue en medio de los ejércitos nauseabundos del lenguaje político español de hoy, vótenle sin miedo.

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© Juan Abreu, 2006-2019