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Jueves, 24 de octubre de 2019

Tengo cinco razones para no leer el libro galardonado con el Premio Nacional de Narrativa este año. La primera es que ha sido galardonado con el Premio Nacional de Narrativa. La segunda es el corte de pelo de la autora, no soporto a los escritores que se disfrazan (en este caso de estereotipo antisocial). La tercera es que vi una foto de la autora en La Habana, donde la entrevistaron, y detrás de la autora al fondo se ve la fortaleza de La Cabaña, donde torturaron y fusilaron a cientos a miles de cubanos: no leo a escritores que posen alegremente ante mataderos. La cuarta es que leí en una entrevista que la autora tiene su ladito pirómano revolucionario, y los pirómanos revolucionarios terminan siempre prohibiendo y quemando libros. Y la quinta, pero no menos importante razón, es la crítica que de su libro hizo Lucas Lírico, una crítica lírica y a mi ese tipo de crítica llena de pujos trascendentes y de metaforeo pringoso me produce repelús y anula para siempre cualquier posibilidad de que deje libros como Historia de una demencia colectiva, de Friedrich Reck-Malleczewen (que estoy leyendo, y que les recomiendo mucho), para leer un librito premiado y líricamente comentado.

Podría encontrar más razones para no leer el Premio Nacional de Narrativa de este año, pero con esas creo que ya está bien. ¿No?

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© Juan Abreu, 2006-2019