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Lunes, 21 de octubre de 2019

Pensaba al levantarme en lo de mi vida, ahora me ha dado por eso, y después de dar de cuerpo como decía mi madre y de pasar un rato sentado en el bidé, medito mucho sentado en el bidé, concluí que uno de los grandes logros de mi vida es tener un bidé viví veintiocho años de mi vida sin bidé y sin agua corriente y cansados en casa de esperar por el agua abrimos un agujero en la taza del inodoro para poder usarla y cuando venía el agua muy raramente o pasaba un camión cisterna del gobierno echábamos un cubo de agua ya sucia después de usarla en algún otro menester en el agujero pestilente de la tasa del inodoro una taza de los años cuarenta que compró mi abuelo a plazos, antes de que nos liberaran. Y ya desde hace años vivo con bidé y me lavo después de dar de cuerpo con agua calentita y ya sé que ustedes jamás lo entenderán pero a veces me quedo, hoy mismo, mirando el bidé y me emociono de tal forma que hasta en ocasiones se me humedecen los ojitos verdes.

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© Juan Abreu, 2006-2019