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Miércoles, 16 de octubre de 2019

Soy bastante del ojo por ojo así que mejor no opino mucho sobre lo de los matones incendiarios independentistas catalanes. Pero algo diré porque tengo experiencia y sobre todo porque me da la gana. La violencia de los matones ya sean matones convencionales o matones políticos la única manera de neutralizarla es mediante la violencia. Si da un puñetazo el matón hay que darle dos, si da una patada, dos de vuelta, si le rompe la cara a alguien hay que romperle la cara y un par de huesos además. Yo me crié en un barrio lleno de matones y aprendí esa elemental lección prácticamente desde que nací. Ojo por ojo, y a ser posible un plus. Ese es el único plus que hay que darle a los matones independentistas catalanes o vascos o de donde sean. Si se sienten temidos se crecen y se hacen más insolentes y crueles, está en su naturaleza. Sé que no debo decir que varios grupos de muchachos fornidos, a ser posible con conocimientos de artes marciales, pondrían en su sitio (fuera de las calles quiero decir), a los matones independentistas catalanes mucho antes de que el gobierno español se de por enterado de que los matones ya gobiernan Cataluña. Pero.

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© Juan Abreu, 2006-2019