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Miércoles, 11 de septiembre de 2019

Abro los ojos. Ha llovido toda la noche no muy fuerte pero ha llovido y veo levantarse el vaho del amanecer. Sigo organizando y tirando papeles y encuentro muchas entrevistas y críticas y eso. Cierro los ojos. De la mayoría de las entrevistas ni me acordaba la verdad. Encuentro fotos viejas. Encuentro cartas una muy bonita del poeta Baquero. Manuscritos de Arenas corregidos a mano y manuscritos míos llenos de reescrituras y hasta de dibujos a veces dibujo los manuscritos mientras los reescribo. Antes pensaba donar todo eso y más primeras ediciones dedicadas y ese tipo de cosas a alguna universidad el único límite que impondría pensaba es que nunca regresaran a Cuba no al menos hasta que el Parque Lenin fuera rebautizado Parque Reinaldo Arenas y se le levantara al escritor y a Lydia Cabrera y a Baquero y a Labrador Ruiz y a Rosales y Victoria y a Valero y Campa y a otros (dejaré la lista por escrito) imponentes monumentos en la capital de la isla, entonces tal vez. Pero.

He cambiado de opinión y creo que lo pondré todo a la venta en uno de esos sitios en internet donde se vende cualquier cosa a la mierda las universidades. Todo en mi obra escrita y pintada es fragmentaria como yo mismo fragmentario y no está mal que esos fragmentos se dispersen y vayan a parar a las vidas de personas que los aprecien o deseen por cualquier motivo la prueba de que alguien aprecia los frutos del arte es que pague por ellos.

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© Juan Abreu, 2006-2019