3981

Sábado, 22 de junio de 2019

Se dice que escribir es muy difícil. No sé. Yo tengo un método infalible. Anoten. Se escribe el texto lo más rápidamente posible y tratando de decir lo que uno quiere decir de la manera más simple directa y clara posible. Procuren no extenderse. No hay que decir nunca en cuatro párrafos lo que se puede decir en dos. Tampoco se metan en intelectualidades, un intelectual es una cosa y un escritor otra. Conseguido el primer texto, se poda. Hay que usar unas tijeras grandes de muelle de las de jardín. Una vez podado se lee el texto por si le hubieran quedado trompicones producto de los tijeretazos. Si los tuviera que es lo más probable, con una tijera más pequeña una de cocina o hasta de cortarse las uñas o con una lima de carpintero, eliminar los trompicones. A continuación hay que raspar el texto con un cepillo metálico. Hágase enérgicamente. Concluido el raspado, pásese al texto la liendrera. Es muy importante que no quede ningún piojo literario. Acto seguido, se pasa un cepillo corriente por el texto para que el cabello muerto del texto si lo hubiera se desprenda. Por último, se coloca el texto en un lugar aireado y se escucha. Este es el momento crucial de la escritura, del arte de escribir. Si el texto en cuestión no contiene al menos una porción mínima de música (no confundir música con lirismo, esa mamalonería), hemos fracasado. Y hay que arrojar el texto a la basura, nunca a la papelera, y volver a empezar.

Comentarios

© Juan Abreu, 2006-2019