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Sábado, 30 de marzo de 2019

Entre mis amigos más cercanos no hay mucha o ninguna simpatía por VOX. Yo, como los aprecio y tengo la ventaja de venir del futuro, quiero decirles que sin medidas drásticas ya no se puede detener el desmantelamiento del Estado español. Se ha llegado demasiado lejos en ese desmantelamiento y en el trapicheo de soberanía española y de traición a la igualdad entre españoles en favor de los nacionalistas catalanes y vascos. Se ha llegado demasiado lejos alimentando el tribalismo español.

Hay que detener el proceso de desespañolización. Puede ganar Sánchez, dicen. Es posible. En todo país siempre hay un grupo enorme de insensatos dispuestos a encender la pira de la autodestrucción. Ciudadanos y el PP no entienden que los límites morales (los pocos que quedaban) han desaparecido en la política española y las reglas del juego no son las mismas. Hace falta un revulsivo en España y ese revulsivo hoy, a pesar de sus defectos, es VOX.

Un revulsivo que detenga la infección tribal. Es imperativo detener esa infección y reducirla a niveles folklóricos. La diversidad de tribus españolas no es una riqueza, es algo grotesco y es el principal alimento de los enemigos de España.

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© Juan Abreu, 2006-2019