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Lunes, 29 de octubre de 2018

Leo este estupendo artículo de Enrique Lynch (aunque no entiendo la importancia que concede Lynch a “pertenecer”; si se vive como un ciudadano libre e igual respetuoso de las leyes en una democracia como la española, ¿no se pertenece ya, de la mejor manera a esa sociedad?) y pienso en Carlos Barral la gauche divine y todo eso. Barral siempre me ha parecido un personaje detestable por castrista y además quién puede tomarse en serio a un tipo con esa barba y esa cachimba. No yo. Dice Lynch que la palabra sudaca se la oyó a Barral por primera vez. Toda esa burguesía catalana era y es muy racista. La llamada gauche divine era en resumen un grupo de burgueses ¡que se sentían culpables de ser burgueses! culogordos hijitos e hijitas de papá que adoraban el maoísmo el fidelismo y el guevarismo lo que es sin duda una prueba irrefutable de imbecilidad y hasta de retraso mental. Eran jóvenes es verdad y la juventud izquierdista europea de esos años fue prácticamente una forma de peste bubónica, y las plagas no son culpables, así que tal vez habrá que perdonarlos.

Un poquito.

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© Juan Abreu, 2006-2019