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Lunes, 26 de febrero de 2018
Y hablando de leer el sábado celebrábamos la inminente publicación de un libro tremendo y en cierto momento yo un poco deprimido (me dolía la pierna tal vez por eso) dije a los otros escritores presentes: hemos dedicado nuestras vidas a un oficio que se extingue del que queda muy poco, ya nadie lee. Estábamos en un lugar antes agradable el Rilke de la calle Mallorca pero muy ruidoso para conversar hay que luchar con un ruido atroz que los del Rilke creen que es música. Y todos más o menos estuvieron de acuerdo en que ya nadie lee salvo Paquito que se había marchado cuando lo dije. Y al rato dijo el amigo Ferrer que está traduciendo un volumen que resume y aumenta la monumental obra de Vitali Shentalinsky y eso y una jovencita que enseñaba las tetas me animó un poco.
