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Lunes, 29 de enero de 2018

“Hace años, catorce exactamente, escribí un libro en el que me propuse decir la verdad y las cosas como son sin literatura pero me salió con mucha literatura la suficiente para echarlo todo a perder. Aunque tengo que reconocer que ese libro a veces decía cosas que valían la pena es decir cosas que hay que decir y que nadie dice porque la cobardía es ya general y brota sin cesar y sin remedio de todas las bocas y de los poros de todas las cosas. Es casi lo único que hay, cobardía. El libro se publicó y se vendieron unos cientos de ejemplares, creo, nunca nadie me dijo cuántos. No pensaba escribir nada más pero hoy salí a caminar porque dicen que caminando se prolonga un poco la vida y caminando por el pueblo donde vivo un pueblo que apesta a catalanismo y a independentismo (que es lo mismo) es decir apesta a imbecilidad de una manera muy intensa, pensé no sé por qué en lo de los maricones. Y no sólo pensé en lo de los maricones sino que pensé en lo de los maricones en un tono que no es este en el que estoy escribiendo, ya cuando uno lo escribe siempre es peor el tono y sólo puede ser falso, pero cuando ese tono resonó en mi cabeza al pensar en lo de los maricones me dije he ahí el tono, y una vez que se tiene el tono uno tiene que escribir lo que ese tono dicte, aunque no se pueda nunca y el resultado sea siempre una falsedad.”

Así comienza un librito (ya no estoy para novelones) que empecé a escribir. No sé si lo terminaré la mayoría de las cosas no se terminan sólo unas pocas.

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© Juan Abreu, 2006-2019