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Martes, 26 de diciembre de 2017
Las dos pequeñas abreus alborotan y lo hacen en un inglés práctico y arrogante y lo que más disfruto de mirarlas lo comprendo enseguida es la ausencia de la isla. Nuestro triunfo, el triunfo de nuestra familia, ha sido total: en poco más de una generación hemos borrado la isla. La pavorosa isla de nuestros padres y abuelos de la que afortunadamente logramos escapar. Toda mi vida la he vivido huyendo de la isla y contra la isla (y así moriré porque no soy de los que perdona a sus enemigos), pero ahora con la certeza de que he conseguido escapar en estas niñas verdaderamente de la monstruosa isla porque en ellas se borra la isla en ellas ya no existe la isla.
