Juan Abreu
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Martes, 19 de diciembre de 2017
No sé si un Lanza que dejó parapléjico de una pedrada en la cabeza a un policía y fue a la cárcel cinco años y salió y ahora dicen que mató por la espalda de un garrotazo y luego en el suelo lo remató a patadas a un señor de cincuenta y cinco años, es un asesino. Es comunista, eso sí, que es una ideología asesina, así que a ver si por ahí se va hilando la cosa. He visto fotografías de Lanza, en todas con la mierda esa palestina al cuello, y con la nariz y los labios y en fin la jeta llena de clavos y pinchos y dos pedazos de mierda petrificada en las orejas. Estética okupa, escucha uno. Yo lamento decir que no creo que exista una estética okupa. Existe odio a la ducha y a la higiene en general de los llamados okupas y un gusto por clavarse pinchos incluso en las tetas o la polla y hacerse cortes de pelo horripilantes (uno no sabe a veces si es una mujer o un aura tiñosa lo que tiene delante) pero ¿estética? Hombre, un poco más de respeto por las palabras.
No sé si Lanza después que lo juzguen y si lo encuentran culpable de aquí a unos pocos años será liberado y saldrá de la cárcel y matará a otro infeliz, que es de lo que va la famosa reinserción que promueve y practica la Justicia española. No se puede descartar esa posibilidad en cualquier caso, porque el amor de la Justicia española por los asesinos es inconmensurable y su desprecio por las víctimas de los asesinos es aún mayor.
