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Lunes, 11 de diciembre de 2017

Abro los ojos y hay un gran viento. El año pasado hubo un día semejante y el año anterior también la vida es una serie de repeticiones estúpidas, en el mejor de los casos porque hay naturalmente repeticiones siniestras véase el nazismo (el nacionalismo quiero decir) como vuelve a Europa. Europa no es Europa si pasado cierto tiempo no inventa (o resucita) alguna ideología asesina. Ayer hablaba con unos amigos y decía yo qué pena lo peor que le ha pasado al mundo es que USA haya renunciado a ser un Imperio. Qué mejor sería todo si por ejemplo se hubiera quedado la parte de Europa que le correspondía como botín de guerra. Al menos nos hubiéramos librado de las novelas de Houellebecq y de Carrère, no es poca cosa. Pero lo mejor sería que en una Europa yankee a cualquier nacionalista (nazi, se entiende) que se saliera del tiesto en alguna provincia lejana (digamos Cataluña o KKKeuskalherría) le mandarían a la Guardia Nacional en un pestañeo y todo el mundo hablaría inglés y no existiría el puterío lingüístico europeo. Hay un gran viento como les decía y antes pensaba: la ciencia nos hará inmortales o al menos muy longevos y eso atenuaba un poco para mí la estupidez del mundo, pero ahora pienso qué incordio toda esta repetición imbécil y encima eterna.

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© Juan Abreu, 2006-2019