3405
Sábado, 4 de noviembre de 2017
Se habla mucho de los fugitivos y de los encarcelados miembros de la organización criminal (conspiraban y prevaricaban con el propósito de robar a España parte de su territorio) llamada Generalitat de Cataluña. También de la Colau y su Pisarello (o al revés, en este tipo de pareja fidelista nunca se sabe quién realmente manda), y de la CUP y su fétida líder. Muy bien. Pero se habla poco de los votantes que les han dado el poder. Ellos son los principales responsables de lo sucedido y lo que falta por suceder en Cataluña. Ellos. Los votantes de toda esa basura antiespañola. ¿Votaron por ignorancia? Tal vez. ¿Votaron por odio ideológico? Mucho más probable. ¿Votaron por xenofobia, por racismo? Bastante seguro. ¿Votaron por envilecimiento tribal? ¡Catalanes primero! No cabe duda. Pero sobre todo votaron por imbéciles que ignoran que un político por corrupto por mediocre que sea, en democracia, es mil veces preferible a un revolucionario y sobre todo es mil veces preferible a cualquiera que hable en nombre del pueblo. Los que hablan en nombre del pueblo son la porquería más peligrosa que produce la humanidad.
