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26 de octubre de 2017
Será que como soy extranjero profesional, veo las cosas de otra manera. Pero. No entiendo la verdad todo esa algarabía y todo ese mesar de cabellos con lo de la suspensión de la autonomía catalana. Hasta el señor Rajoy se deshace en lloriqueos cuando se le menciona el asunto, que no, que de ninguna manera. A mí me parece, francamente, que lo mejor que podría pasar es que suspendieran la autonomía catalana. ¿Para qué ha servido la autonomía catalana? Para preparar durante décadas la sublevación antidemocrática que vivimos hoy, para crear un estado paralelo con pujos de nación, un país de opereta, caciquil, corrupto, desleal, mentiroso; para crear una estructura servil a sus ínfulas de superioridad racista; un estado paralelo que ha comprado la prensa y predicado la subordinación al nacionalismo catalán como una especie de religión; un estado paralelo que ha servido para crear una estructura política, cultural, social y educativa dedicada a premiar e incentivar las taras tribales de la población, a falsear la historia y a insuflar un enfermizo y miserable desprecio por todo lo español.
Visto todo esto. ¿No les parece conveniente suspender toda esa porquería patriotera e identitaria al menos por unos años y abrir las ventanas a ver si entra un poco de aire civilizado en este espacio tan infectado de pestilencia nacionalista? Yo diría que sí.
Ciutadans de Catanya, ja sóc aquí!
