Juan Abreu
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24 de octubre de 2017
En medio del libro de Tortella y, de una sentada, leo el libro de Laínz, más ligero pero interesante. Y encuentro, entre otros asuntos dignos de atención, este fragmento del Concepto General de la Ciencia Catalana publicado por Francesc Pujols i Morgades en 1918, donde discurre sobre el futuro de los catalanes:
“Cuando se mire a los catalanes será como si se mirase a la sangre de la de verdad; cuando se les de la mano será como si se tocase la mano de la verdad. Todos sus gastos, vayan donde vayan, les serán pagados por ser catalanes. Serán tan numerosos que la gente no podrá acogerlos como huéspedes en sus viviendas, y les invitarán al hotel, el regalo más valioso que se le puede hacer a un catalán cuando viaja. Al fin y al cabo, pensándolo bien, más valdrá ser catalán que millonario. Como las apariencias engañan, aunque un catalán sea más ignorante que un asno, los extranjeros le tendrán por un sabio que lleva la verdad en sus manos. Cuando Cataluña sea reina y maestra del mundo, nuestra reputación será tal, y la admiración que se nos tendrá llegará a tal punto, que muchos catalanes no manifestarán su origen y se harán pasar por extranjeros”.
Ya sé que parece la obra de un humorista o de un demente, pero fue escrito muy en serio (según los historiadores), y creo que refleja a la perfección los delirios de grandeza y es el mejor catálogo de las aspiraciones racistas de los nacionalistas catalanes que sufrimos hoy.
