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30 de septiembre de 2017
Bueno. Entremos en materia, que el tiempo apremia. ¡Españoles! Para resolver el problema del nacionalismo catalán hace falta un gesto. Un gesto de buena voluntad que convenza a los nacionalistas catalanes, de que aceptamos de una vez por todas lo que ellos siempre han sabido: que pertenecen a una raza superior. ¡Resulta absurdo no admitirlo! ¿No? En consecuencia, el Gobierno aprobará de inmediato la emisión de un Certificado de Superioridad Racial, que se entregará a la mayor brevedad a todo nacionalista catalán. Buena voluntad ante todo, la convivencia primero. Somos inferiores, lo admitimos. Bien. Venga un abrazo fraternal.
Ya sé que esto no bastará. No soy tan ingenuo. Tras la entrega solemne del Certificado de Superioridad Racial, se ordenará a los ciudadanos españoles de Cataluña y de toda España bajarse los pantalones (o las faldas, según el caso) y ponerse a cuatro patas con el culo empinado y dispuesto. A partir de ese momento, los nacionalistas catalanes dispondrán de un período de cuarenta y ocho horas (extensible a setenta y dos horas si lo solicitaran los nacionalistas catalanes) para dar por el culo al resto de los ciudadanos españoles (en edad de merecer, se entiende, aunque el Gobierno español se comprometerá a ser comprensivo con los nacionalistas catalanes con gustos especiales, digamos). Los ciudadanos españoles así enculados, deben mostrar durante todo el acoplamiento anal con el nacionalista catalán su alegría y gran regocijo por el hecho de ser enculados por seres superiores, es decir, por los nacionalistas catalanes. La Guardia Civil, las Fuerzas Armadas Españolas etcétera, velarán para que este gesto de buena voluntad de todos los españoles a la grandeza y superioridad de los nacionalistas catalanes, transcurra con la mayor normalidad y en un ambiente festivo. Por último, no estará permitido a los ciudadanos españoles el uso de lubricantes. No sea que se ofendan los nacionalistas catalanes.
¡Españoles! Los nacionalistas catalanes son superiores y de esta manera que propongo, creo que conseguiremos poner fin a este diferendo que tanto daño ha causado. No hay indignidad en reconocer nuestra inferioridad. Todo por la convivencia. Acabemos con esto de una vez.
