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29 de junio de 2017
Ah, y, por cierto, las mujeres tienen fantasías sexuales de todo tipo. De sometimiento también, naturalmente. Fantasean con que las humillan, fantasean con que las exhiben en público, fantasean con que las atan y fantasean hasta con que las violan. ¡Fantasean con que se las follan en grupo! ¡Un grupo de negros! ¡A veces toda una tribu africana! ¡Fantasean con comerse tres pollas! ¡A la vez! ¡Fantasean con follarse a la amiga y al marido! ¡Y a un equipo de baloncesto de la NBA! ¿Te imaginas de que largo deben tenerla? ¡Fantasean con que se ponen a cuatro patas y les dan una buena zurra! Ah, cuántas fantasías. Fantasías. Sí. Muchos estudios lo demuestran, yo mismo lo he comprobado muchas veces, que tienen estas fantasías. ¡Y se lo pasan muy bien fantaseando! ¡Cómo se divierten! Mujeres sanas y estupendas. Con sus fantasías. Fantasías. Fantasías. A ver. Otra vez. Fantasías. Repito. Fantasías. Por si alguna feminista analfabeta no sabe lo que quiere decir la palabra fantasía. Cuánta gilipollez.
Aunque no hay que descartar que la educación socialdemócrata española esté produciendo ya mujeres (y hombres) sin fantasías sexuales gente ya totalmente envilecida y completamente degradada por lo políticamente correcto. Yo no lo descartaría.
